Molinos Cabodi tiene un secreto:

Hace un siglo y medio que la misma familia administra el molino con dedicación, amor y con el orgullo de hacer lo mejor, heredado de sus mayores, porque son los responsables de la Alta Calidad Constante de las Harinas Cabodi. Y porque su responsabilidad es grande, realizan un riguroso control de calidad en todas las etapas de la molienda: comenzando con la compra y recepción del trigo y siguiendo con la selección de los distintos tipos de trigo para las distintas harinas.
Cada hora, día y noche llegan a sus laboratorios muestras extraídas de la producción. El proceso productivo se inicia con el ingreso del trigo proveniente de las mejores zonas trigueras. Su constante control es el que asegura la calidad final de sus productos.
Otra razón fundamental para obtener una misma y constante calidad todo el año es su capacidad de almacenaje (130.000tt) casi equiparable con su capacidad de molienda. Esto le asegura a MOLINOS CABODI contar con el trigo necesario en calidad y cantidad, a lo largo de todo el año.
Y es esta capacidad lo que también le permite elaborar harinas «a medida» para atender las diferentes necesidades de sus clientes. Porque Molinos Cabodi entiende como filosofía de su negocio el servicio al cliente. Un servicio personalizado. Para ello brinda también su permanente asistencia técnica en todo el país. Porque todas las provincias argentinas conocen y aprecian la calidad de las harinas CABODI.

Proceso de control de calidad:

Los camiones llegan para esperar su turno a una playa de estacionamiento contigua a la planta de silos.

Para su control existe un calador neumático. Permite extraer una muestra fiel de la carga, camión por camión, para realizar el mejor control de calidad.

Las muestras extraídas pasan al laboratorio, donde se realiza un estricto control. Se utiliza la más moderna tecnología para analizar TODA la materia prima que entra y TODA la producción que se elabora.

Aprobadas las muestras, se procede a la descarga. Los granos pasan a los silos, donde son acondicionados y protegidos con equipos de refrigeración de cereales, que controlan la humedad y temperatura, impidiendo la reproducción de organismos vivos.